Fauna
No hay amor verdadero sin
un poco de inocencia. Albert Camus
Asomada al balcón de casa
disfruto los últimos
coletazos del verano
El puesto de flores
ya cerró
y en la esquina el movimiento
es agitado
travestis
taxi boys
chicos preciosos
aportan colorido
al paredón de la universidad
Al pasar de las horas
se han ido
han vuelto han subido a los coches
y bajado de inmediato
infinidad de veces
Junto con las horas
pasó la noche
y la pequeña fauna
ralea
En todo este tiempo
no sé si por el puesto
cerrado de flores
o qué
ninguno de nosotros
deshojó una margarita
Ese hombre
vestido de mujer camina
tacos
pantalón y chaqueta
aleopardada
Entre medio
de esa y su otra piel
deja ver
un torso suave
arqueado
sin protuberancias
infantil
y no puedo entender
cómo hace esa niña
para habitar en medio
de dos junglas
Roca
Encuentro un lugar
de ubicación preferencial
en el Roca:
he sido tocada
por la vara de Dios
Ventana hacia el este
asiento doble
pero la ventana
no se sostiene muy bien sola
y tengo que pasarme
todo el viaje
con un cuidado bárbaro
La varita de Dios
también quiso
el pestañear de la ventana
en mi camino hacia el paisaje
hacia la luz
para que no me crea que
para que no me olvide
de mi condición
humana
Parada en la rambla
de espaldas al mar ella sonríe
en una foto típica
turista en Mar de Plata,
inevitables
los lobos desde atrás
también parece que sonríen
El tiempo es bendito
en la fotografía
nos deja ver felicidad
aunque de ella
nada sepamos
Fotocopia
de la copia de aquella felicidad
sobre esta pared desnuda
Antonia Gil sonríe
delante de un mar ennegrecido
justo al borde
donde una mano escribió
favor
de aportar datos
un teléfono en provincia
parte de la escenografía
de un baño público
en Constitución
Sumergida en la tarde
ordeno cajones
fotos viejas el presente se trastoca
lentamente el orden
se transforma en búsqueda
Al fin
en un viejo cuaderno
el tiempo se congela restos
pedazos de flores
hojas secas
toman
cuerpo
se engrandecen se transforman
en lo único real
que me sostiene
Subte
Una bruma que
no es marina
las envuelve estaciones, islas de luz
emergiendo
en la oscuridad líquida
Pasamos
no hay sorpresa
imposible
desviarse
Una tras otra y esos rostros
en la isla
ahí
los nuestros, más dinámicos todos
pasajeros
Condición necesaria
Si tuviésemos
en la mano
brillante la certeza
de que esto hubiese sido
todo
aun mirándola diríamos
eternamente
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