Poemas de La Misma Piedra (Ediciones del Dock, 2004)



Fauna


No hay amor verdadero sin un poco de inocencia. Albert Camus


Asomada al balcón de casa

disfruto los últimos

coletazos del verano



El puesto de flores

ya cerró

y en la esquina el movimiento

es agitado

travestis

taxi boys

chicos preciosos

aportan colorido

al paredón de la universidad



Al pasar de las horas

se han ido

han vuelto han subido a los coches

y bajado de inmediato

infinidad de veces



Junto con las horas

pasó la noche

y la pequeña fauna

ralea



En todo este tiempo

no sé si por el puesto

cerrado de flores

o qué

ninguno de nosotros

deshojó una margarita







Ese hombre


vestido de mujer camina

tacos

pantalón y chaqueta

aleopardada



Entre medio

de esa y su otra piel

deja ver

un torso suave

arqueado

sin protuberancias



infantil



y no puedo entender

cómo hace esa niña

para habitar en medio

de dos junglas







Roca

  
Encuentro un lugar

de ubicación preferencial

en el Roca:

he sido tocada

por la vara de Dios



Ventana hacia el este

asiento doble

pero la ventana

no se sostiene muy bien sola

y tengo que pasarme

todo el viaje

con un cuidado bárbaro



La varita de Dios

también quiso

el pestañear de la ventana

en mi camino hacia el paisaje

hacia la luz

para que no me crea que

para que no me olvide

de mi condición

humana








Parada en la rambla


de espaldas al mar ella sonríe

en una foto típica

turista en Mar de Plata,

inevitables

los lobos desde atrás

también parece que sonríen



El tiempo es bendito

en la fotografía

nos deja ver felicidad

aunque de ella

nada sepamos



Fotocopia

de la copia de aquella felicidad

sobre esta pared desnuda

Antonia Gil sonríe

delante de un mar ennegrecido

justo al borde

donde una mano escribió

favor

de aportar datos

un teléfono en provincia



parte de la escenografía

de un baño público

en Constitución







Sumergida en la tarde


ordeno cajones

fotos viejas el presente se trastoca

lentamente el orden

se transforma en búsqueda

Al fin

en un viejo cuaderno

el tiempo se congela restos

pedazos de flores

hojas secas

toman

cuerpo

se engrandecen se transforman

en lo único real

que me sostiene







Subte


Una bruma que

no es marina

las envuelve estaciones, islas de luz

emergiendo

en la oscuridad líquida

Pasamos

no hay sorpresa

imposible

desviarse

Una tras otra y esos rostros

en la isla

ahí

los nuestros, más dinámicos todos

pasajeros







Condición necesaria


Si tuviésemos

en la mano

brillante la certeza

de que esto hubiese sido

todo

aun mirándola diríamos

eternamente






No hay comentarios:

Publicar un comentario